Me encuentro, entrevisto e interactúo con empresarios exitosos casi a diario. Y me he sorprendido en varias ocasiones al conversar con algunos que han creado empresas multimillonarias y me revelan que no importa cuán exitoso fuera su negocio, ya que aún se sienten como un fracaso porque sus hijos de una manera u otra fueron un desastre.
Esto suena ideal, poético incluso “lógico”; pero es una idea que simplemente está arraigada en el deseo del empresario de que así ocurra. Es natural ¿no? Juanito Jr. nació con una ventaja y por ese pequeño hecho basado en un contexto biológico, (haber nacido en el seno familiar) que lo facultó desde el momento de su concepción en ser “el elegido”.
Una empresa está conformada por seres humanos, eso es un hecho; ellos son la empresa. Como todos los grupos conformados por seres humanos, una empresa no está exenta de las diversas emociones y subterfugios que los Homo sapiens somos capaces de crear. A todos los chismes, datos no certeros, los “yo pensé”, “eso dicen todos”, “creemos que”, los llamaremos “ruido”.
Hemos visto que algunos individuos manejan muchas empresas y esto generalmente nos sorprende. Claro, esto definitivamente es una muestra de una habilidad por encima del promedio con la que cuentan dichas personas; sin embargo, hay un dato interesante sobre cómo lograr esto de manera efectiva sin entrar en el tema sobre las habilidades para conceptualizar, crear, desarrollar y poner allí una empresa, que debería tener un individuo para lograr correr varios negocios.