Es interesante cómo a través de los años al calor de ser “creativos” e “innovar”, se van generando nuevas frases, palabras y nomenclaturas para diversas áreas de la actividad humana.
“Si los perros ladran es que estamos avanzando”. Al construir una empresa es inevitable encontrarse con estos ladridos; cierto antagonismo de algunas personas que desean vernos sucumbir o, en el mejor de los casos, simplemente no desean aportar nada valioso al proyecto. El problema es cuando los ladridos no vienen de los perros de la calle sino de los que se encuentran en nuestra casa.
¿A qué llamamos éxito? ¿Tener un capital considerable? ¿Contar con muchas posesiones materiales? Definitivamente el estándar de vida de un individuo puede contener lo anterior, y podría ser un indicador de ser “exitoso”. Parece un cliché el que muchas personas tienden a respetar o tratar mejor a individuos con recursos.
Hemos escuchado infinidad de veces sobre “las rutas críticas” en una empresa. Se llegan a ver grandes diagramas de flujo y esquemas de toda índole; pero a veces parece omitirse algo vital: las personas que forman parte de esas rutas. Un ejecutivo o cualquier miembro de una empresa pueden convencerse de que los tiempos para entregar un producto o servicio ya están “establecidos” o “siempre han sido así”.
Con frecuencia me han preguntado qué es lo que más aprecio en la gente, particularmente de aquella con la que he de colaborar. Por supuesto que las personas productivas son las que hacen que una empresa funcione, pero he caído en cuenta que la construcción y los cimientos del negocio se sustentan en aquellas que funcionan como pilares centrales.
Es común escuchar “el cliente siempre tiene la razón”; esto no es necesariamente cierto. Pero entonces, ¿de qué se trata?, el cliente desea lo que cualquiera: ser feliz, sentirse apreciado y apoyado.
Una empresa está conformada por seres humanos, eso es un hecho; ellos son la empresa. Como todos los grupos conformados por seres humanos, una empresa no está exenta de las diversas emociones y subterfugios que los Homo sapiens somos capaces de crear. A todos los chismes, datos no certeros, los “yo pensé”, “eso dicen todos”, “creemos que”, los llamaremos “ruido”.
Hemos visto que algunos individuos manejan muchas empresas y esto generalmente nos sorprende. Claro, esto definitivamente es una muestra de una habilidad por encima del promedio con la que cuentan dichas personas; sin embargo, hay un dato interesante sobre cómo lograr esto de manera efectiva sin entrar en el tema sobre las habilidades para conceptualizar, crear, desarrollar y poner allí una empresa, que debería tener un individuo para lograr correr varios negocios.