Expansión: la única medida del éxito
¿A qué llamamos éxito? ¿Tener un capital considerable? ¿Contar con muchas posesiones materiales? Definitivamente el estándar de vida de un individuo puede contener lo anterior, y podría ser un indicador de ser “exitoso”. Parece un cliché el que muchas personas tienden a respetar o tratar mejor a individuos con recursos. Sin embargo, también hay quienes llevan una vida ostentosa y su índice de popularidad es bajo.
Todos hemos estado en esas reuniones en las que sutil o directamente la temática se convierte en una guerra de egos y estatus sociales: “¿Sr. López a qué se dedica?”; de inmediato podemos observar como el pecho del sujeto se infla, un brillo aparece en sus ojos, respondiendo después de dar un trago a su bebida: “Soy el Director General de Gardens & Style, empresa dedicada a diseñar y desarrollar escenarios vegetales innovadores con un enfoque ecológico contemporáneo”. ¡Wow! Parece que el individuo en cuestión ha practicado tal discurso frente al espejo.
Hasta aquí todo bien, pero en algunos casos el interrogatorio seguirá: “Qué bien Sr. López, cuénteme ¿cómo es que creó semejante empresa?” Ahora podría ser que el Sr. López se avoque a contar toda su historia desde que lavaba autos y cómo logró ahorrar dinero para su primera podadora, al tiempo que dormía 4 horas diarias ya que en las noches estudiaba sobre plantas y vegetales; en verdad digno de admiración.
Pero hay otra historia alternativa recurrente y que no parece tan admirable: “Eh, bueno me saqué la lotería hace un año y me asocié con un amigo que es arquitecto especializado en paisajes”, fin de la plática. También podría decir: “Bueno mi padre fundó la empresa hace 30 años y recientemente me nombró Director General”; y tal vez ya no suene tan épico.
Al final de la plática, y tras bambalinas el preguntón podrá decir camino a casa a su esposa: “Simpático el Sr. López, ¿no crees?” Sin duda no hablarán de lo exitoso que es. Esto no es malo pero como tema en cuestión sabemos que el Sr. López como cualquier persona, le gustaría ser exitoso. Esa percepción podría no ser obvia para algunas personas y tampoco se requiere la aprobación de los demás para saber si lo somos. Pero el punto es que, en el fondo, sabemos si lo somos o no.
Claro, podríamos tomar el caso en el que su padre lo nombró Director General de “Gardens & Style” hace un año; no podemos culpar al individuo por las decisiones de su progenitor o por tener la fortuna de contar con uno que fundó algo productivo hace 30 años. Pero la historia podría sonar diferente: “Mi padre me nombró Director General hace un año, y he incrementado las ventas en un 25%; ahora tenemos dos sucursales en lugar de una y subimos a 250 las 100 cuentas originales en nuestra cartera de clientes”. Vaya, el Sr. López además de haber tenido suerte de ser nombrado Director General parece ser productivo, capaz etc. Podríamos admirarlo un poco. La esencia de esa admiración o esa “sensación”, ¿de dónde proviene?, ¿admiramos a la gente millonaria o a la gente exitosa?
Las personas productivas y que logran crecer en todos los ámbitos de su vida son por definición, exitosas.Es evidente que el tener éxito tiene una fuerte relación con el índice de capital, activos, bienes raíces con los que contemos; pero ¿cómo logró hacerse de ellos o incrementarlos? En lo anterior podemos destacar que lo importante al medir el éxito no necesariamente consiste en crear algo de cero; lo vital es ¿qué hacer con esa empresa o capital una vez que lo recibiste?
La expansión de una empresa y de las personas que la conforman empezando por el Director General es clave para definir su éxito. Las personas que se expanden, (en sus finanzas, empresas, conocimiento o alcances) son personas exitosas y dignas de admiración sin importar si lavaban carros al empezar o si ya contaban con los mismos; todo se dirige al rumbo y expansión que han alcanzado. Las personas productivas y que logran crecer en todos los ámbitos de su vida son por definición, exitosas.